En estos primeros cuatro números que llevamos, Ta-Nehisi Coates está aportando una narrativa diferente a la nueva serie regular de “Pantera Negra”, más marcada por las intrigas políticas y las conspiraciones en la sombra que por las aventuras superheroicas, todo aderezado por un profundo respeto a la mitología de Wakanda, que no tiene reparos en expandir y desarrollar. El resultado es un entramado más denso de lo habitual en este género que le ha merecido a Coates la oportunidad de seguir trabajando en la serie después de los 12 números que estaban confirmados hasta la fecha. Hasta ahora hemos visto como poco a poco se van mostrando todos los jugadores de este peculiar juego de ajedrez por el alma de Wakanda (y sus recursos) y como estos se iban moviendo para lograr sus objetivos, esto dejaba a T’Challa en una posición defensiva que aquí ha cambiado. Paralelamente a la bomba de relojería que se está gestando, los problemas de la Pantera se abren en otro frente ya que pese a que quiere salvar a su hermana Shuri del fatal sueño en el que está sumida, desconoce que está atrapada en el místico reino del Djalia, embarcada en un viaje de introspección y conocimiento junto a un espíritu que ha tomado la forma de Ramonda, su madre. En estos siguientes cuatro números la Pantera empieza a tomar una postura más activa para desentrañar la oscura red que se ha ido tejiendo dentro de las puertas de su reino para así poder recuperarlo. El guionista nos presenta este cambio de actitud acentuando todavía más el marcado tono político del que ha ido haciendo gala la colección, alternando entre las reuniones secretas para avanzar en su propia agenda (ya sea por el lado de T’Challa o por el de sus enemigos) y la especie de Guerra Fría que se ha instaurado en Wakanda, sin perder de vista la acción, que sigue siendo dinámica y con una Pantera Negra en pleno control y comprensión de sus facultades. Por desgracia, la introducción de la Cuadrilla se siente demasiado forzada y gratuita, como si tuvieran que cumplir un cupo de personajes de la editorial o tuviera que rellenar páginas. No se aprovechan las posibilidades que se presentan debido a lo fugaz de su intervención y corta el excelente ritmo que estaban llevando hasta ahora para centrarse durante unas páginas en acción superheroica al uso. Podrían haber sido sustituidos por simples guardas wakandeses (más viendo lo efectivos que son) y el desenlace habría sido el mismo. 
A destacar sobretodo los conflictos morales que tiene T’Challa, enfrentado a decisiones complicadas que chocan frontalmente con sus ideas no solo del reinado, sino como héroe. Está siendo llevado al límite y eso se nota. Las diferentes subtramas abiertas se van entrecruzando y van avanzando entre ellas, aunque de vez en cuando se olvida de alguna para prestarle más atención a otras (como es el caso de las Dora Milaje renegadas). Aparte de todos los conflictos en Wakanda, Shuri también hace progresos en el Djala, su estancia en esa especie de paraíso sí es un viaje de conocimiento en el que, a través de diversas fábulas, se hace crecer al personaje, preparándolo para el destino que todos los lectores prevemos. Durante estos números en los que se encargan la segunda parte de este ambicioso arco, Brian Stelfreeze se toma un descanso y deja paso a Chris Sprouse quien, con un estilo similar a su compañero no rompe el estilo impuesto por él en los primeros capítulos de la colección y se adapta. Eso hace que sigamos teniendo el mismo entorno que combina la más alta tecnología (sigue siendo genial la representación que se hace del traje de la Pantera, como si tuviera vida) con la sociedad africana. En cierto modo lo que se ha dicho hasta ahora de Stelfreeze se puede aplicar a Sprouse, por lo que estamos ante un buen sustituto antes de que regrese el titular, que lo hará a partir del siguiente. Como podéis imaginar, las grapas son las típicas de Panini, así que aquí no hay mucho más que aportar. Se agradece la presencia de más portadas alternativas y de los textos finales, que permiten aportar algo más de información al lector neófito. “Pantera Negra” se ha situado por méritos propios como una excelente serie que combina las intrigas políticas con la acción superheroica en un contexto africano, pese a que hay demasiados frentes abiertos y se han de hacer malabares para repartir el protagonismo adecuado en cada ocasión, Ta-Nehisi Coates está saliendo airoso, gracias también a un apartado artístico solvente como el de Chris Sprouse en este caso, que sustituye temporalmente a Brian Stelfreeze.
Datos técnicos
Edición original: Black Panther v6, 5, Black Panther v6, 6, Black Panther v6, 7, Black Panther v6, 8 USA Fecha de salida: Noviembre de 2016, Diciembre de 2016, Enero de 2017 y Febrero de 2017 Guión: Ta-Nehisi Coates Dibujo: Chris Sprouse Formato: Comic-Book. Número de páginas: Número 5: 32 páginas. Número 6: 24 páginas. Número 7: 32 páginas. Número 8: 24 páginas Precio: Número 5: 2,50 €. Número 6: 1,95 €. Número 7: 2,50 €. Número 8: 1,95 €.La entrada [Reseñas] Pantera Negra 5, 6, 7 y 8 apareció primero en BdS - Blog de Superhéroes.
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