[Reseñas] JSA de Geoff Johns núm. 4

Edición original: JSA núms. 31 a 40 USA
Fecha de salida: Abril de 2015
Guión: David Goyer, Geoff Johns
Dibujo: Keith Giffen, Leonard Kirk, Patrick Gleason, Peter Snejbjerg, Stephen Sadowsky
Formato: Tomo cartoné, 248 páginas
Precio: 24 €

Han tenido que pasar más de dos años para que ECC decidiera retomar la publicación de esta mítica etapa de la Justice Society of America guionizada por Geoff Johns, por aquel entonces una estrella emergente del panorama comiquero. Pese a la calidad de la obra, la aceptación de esta reedición por parte del público no fue la esperada y su continuidad quedó en entredicho, para desespero de algunos que esperaban este cuarto tomo como agua de mayo.

Por fin llegó el día y en abril de 2015 ECC volvió a brindar a los lectores españoles de DC un nuevo volumen de la “JSA de Geoff Johns”, un tomo imprescindible para los seguidores del veterano supergrupo, los nostálgicos del universo pre-Flashpoint o los que disfrutan con un buen cómic de superhéroes.

En la misma línea que lo anterior, Geoff Johns y David Goyer relatan nuevas aventuras de estas viejas glorias a las que nuevas caras y sangre joven se ha ido sumando para construir en una base de historias de superhéroes una alegoría a la admiración o el desprecio que puede sentir uno por su legado o incluso sus propios padres, siempre dependiendo de aquello a lo que se mire o desde el punto de vista desde el que se haga. Gente que admirar o de la que distanciarse, al final solo son dos extremos que se tocan y con los que los guionistas han sabido jugar para añadir algo de sustancia a un cómic de superhéroes puro como él solo.

La llegada de Batman como invitado, el regreso de Power Girl, la utopía del Ultra-Humanita o un peculiar día del padre son las principales tramas de este volumen en el que encontramos un poco de todo. Y no sobra nada.

Yendo por partes, lo que podemos destacar de esta colección una vez más es el respeto con el que los autores recuperan a los héroes de la Era Dorada y les dan nueva vida en un contexto mucho más moderno en el que algunos de ellos ya son solo viejas glorias de las que pocos quedan en activo. Centinela, Wildcat o el primer Flash son algunos de esos y pese a que ya peinan bastantes canas siguen tan vitales, ocurrentes y carismáticos como años atrás, cuando el vigor de la juventud estaba más presente.

Los argumentos para juntar a varias generaciones de héroes entre los irretirables, las caras nuevas y los que han adoptado el manto de su mentor son variados pero todos ellos coherentes entre sí, lo que le da mucha riqueza y vida a los personajes, sus relaciones y la historia en general.

Johns sigue demostrando su habilidad para narrar relatos sin un protagonista determinado en los que el protagonismo recae en diferentes miembros de un grupo por igual, o casi.

Su predilección por reinventar personajes ya establecidos y agrandar mucho más su leyenda sigue notándose y esa es una de las grandes virtudes. Por contra, volvemos a toparnos con otra de las grandes características de Geoff Johns, que pocas veces se esfuerza en ocultar: No le gusta Batman. Y sí, es un cómic de la Sociedad de la Justicia de América, por lo que es normal que ellos y solo ellos sean los protagonistas y los grandes héroes, pero si entre las intenciones está la de incluir a un personaje de la talla de Batman, o se hace bien o mejor no hacerlo.

La mejor historia del tomo, sin duda, es la de la realidad utópica del Ultra-Humanita, conseguida mediante el engaño del villano a uno de los héroes. En esta realidad, los héroes han caído y una sociedad en la que no hay crimen se ha erigido. Una falsa utopía construida encima de pilares de opresión y miedo y que nadie podrá detener porque la mayoría de héroes ha caído o se ha convertido en marionetas descerebradas controladas por Ultra-Humanita. Y aunque es una historia sin mayores pretensiones que las de hacer disfrutar al lector durante un buen rato sin meterse en metáforas políticas, críticas sociales o cosas similares, está bien construida y tiene buenas ideas que se han sabido ejecutar con solvencia.

Diez números dan para mucho y no todos ellos están impregnados con esta otra realidad, así que a lo largo de las páginas vemos un poco de todo y podemos destacar el regreso de Power Girl, la obsesión de su mayor fan o la emotiva historia sobre padres e hijos que protagonizan Hourman y Jakeem Thunder.

El apartado artístico cuenta con varios dibujantes bien conocidos para los lectores de la editorial. En líneas generales hablamos de páginas coloridas en sintonía con el tono de las historias y ese toque de esperanza que pretenden transmitir estos héroes pese a que sus vidas sean duras. Más allá de eso, estructuras que mezclan cómics clásicos con modernos para marcar diferentes ritmos en la acción y unos dibujos variados que no terminan de despuntar aunque sí mantenerse en un nivel más que aceptable.

Sin menospreciar el arte, porque no es malo ni mucho menos, el mayor atractivo de este tomo es el de continuar con las aventuras de este popular supergrupo de DC, algo olvidado últimamente por los editores aunque hayan querido revitalizarlo con nuevas versiones de estos personajes en “Tierra 2″. “Tierra 2″ es buena serie, sí, pero no es la Sociedad de la Justicia y esa espinita por haber dejado a los originales de lado después de “Flashpoint” siempre quedará clavada para los lectores veteranos. Afortunadamente, siempre nos quedará esta etapa y su buen hacer.

Con algo de suerte no tendremos que esperar dos años hasta el siguiente tomo, en el que algunos miembros de la Sociedad van a manifestar opiniones contrarias de una forma que no tiene pinta de ser nada pacífica.

Escrito por Javi Garcia en Blog de Superhéroes. Si no estás leyendo esto en Blog de Superhéroes, el artículo original lo encontrarás aquí …http://ift.tt/1NJfCPf.

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